En la II Jornada de Artesanía + Diseño + Innovación, un evento organizado en el Centro de Artesanía de la Región de Murcia, hemos realizado una joya muy especial, un emblema de la relación en constante evolución entre dos mundos que se complementan mutuamente.
Hemos llamado esta joya como el "anillo de los dos puentes", un símbolo tangible de la conexión continua entre dos mundos que están estrechamente relacionados: el diseño y la artesanía.
El anillo se distingue por su diseño único y significativo: una mitad está meticulosamente terminada, mientras que la otra mitad permanece en un estado aparentemente sin finalizar.
Esta elección no es accidental; representa visualmente el proceso continuo de formación que ocurre cuando diseñadores y artesanos trabajan juntos, el diseño va tomando forma de la mano del artesano: la creatividad y la habilidad se combinan para dar vida a algo hermoso.
En el corazón de esta joya, destacan dos puentes elaborados en oro, simbolizando las conexiones esenciales entre el diseño y la artesanía.
Estos puentes no solo son un elemento decorativo, sino que subrayan la importancia de la simbiosis entre estos dos mundos. Son el nexo que une la visión innovadora del diseñador con la destreza y el conocimiento del artesano, creando una relación sólida y duradera.
Este anillo representa no solo una pieza de joyería, sino un recordatorio poderoso de cómo la colaboración entre artesanos y diseñadores puede dar lugar a obras excepcionales y abrir nuevas fronteras en la creatividad y la innovación.
En esta II Jornada de Artesanía + Diseño + Innovación, nuestra joya quiere ser un emblema de la prometedora relación en constante evolución entre dos mundos que se complementan mutuamente.
El proceso de un anillo artesano comienza con el diseñador trazando a mano un boceto, en colaboración con el artesano, donde juntos definen el concepto que desean transmitir.
Esta etapa da rienda suelta a su creatividad, al tiempo que considera las posibles dificultades en la ejecución de la pieza.
Es crucial que ambos posean conocimientos sólidos en joyería artesanal, ya que esto garantiza que el anillo no solo sea una obra de arte, sino también funcional y elegante.
Este proceso subraya la estrecha relación y cooperación entre el diseñador y el artesano, donde su trabajo conjunto se traduce en una pieza única que no solo adorna, sino que también cuenta una historia.
Colocamos la plata en forma de granalla en el crisol, con una mezcla de gas y oxigeno alcanzamos una temperatura de alrededor de 1.000 grados, el punto de fusión de la plata, y obteniendo un pequeño lingote de plata.
A continuación, procedemos laminar gradualmente el lingote, recalentando el metal periódicamente para evitar grietas, hasta conseguir una plancha de las dimensiones deseadas. La laminadora tiene dos rodillos ajustables que se pueden separar o acercar entre sí. Ajustamos a la distancia entre los rodillos según el grosor deseado, de esta manera se aplana y estira reduciendo su grosor y aumentando su longitud y anchura.
El corte perfecto para un anillo artesano se obtiene una vez obtenida la plancha del grosor deseado, procedemos a dibujar en la misma, con lápiz y compás, el plano del anillo previamente preparado, trazando líneas y curvas con precisión, con cuidado para evitar rayar la superficie de la plata.
A continuación, cortamos con la segueta siguiendo el trazo del perímetro dibujado.
Ya obtenemos una primera visión del anillo abierto.
Una vez cortada la pieza, se calienta mediante soplete toda la superficie del anillo y después de dejarlo enfriar de manera gradual, realizamos el moldeado en una plataforma curvada llamada Tas.
Procedemos a dar la forma deseada colocando el anillo abierto entre el tas y la lastra, un palo de hierro fundido que se utiliza para dar forma circular a los anillos.
Los golpes moldean el anillo que se va curvando adquiriendo la forma circular.
Después de eso, encaramos con unos alicates las dos extremidades del anillo de manera que encajen perfectamente y procedemos a soldarlo con el fin de mantener la simetría general.
Antes de soldar el brazo del anillo, aplicamos una pequeña cantidad de un compuesto químico que ayuda a prevenir la formación de óxido y mejorar la unión del metal.
Añadimos entre las dos extremidades del anillo una pequeña cantidad de plata, aplicamos fuego con un soplete en esa zona y gradualmente veremos como se derrite y se une perfectamente a ambas partes del anillo cerrando la abertura.
Una vez soldado, procedemos a separar las dos partes con una segueta, una de ella la presentaremos terminada con un acabado tradicional y en la otra parte se podrá apreciar el desbaste de la pieza donde queda patente el trabajo del orfebre.
Utilizamos diferentes tipos de herramientas, como lima, limatón y lija de diferentes granos con los que damos forma al diseño.
Realizamos a parte hilo de oro con hilera (mediante el mismo proceso de fusión y laminado), lo cortamos a la medida correspondientes y lo soldamos al brazo y a la cabeza del anillo con laser oxhídrico al anillo, uniendo las dos partes.
Una vez que el anillo ya está soldado procedemos a realizar el dibujo en relieve en la superficie finalizada: esta técnica requiere habilidad, precisión y paciencia.
En un anillo artesano definimos el área donde se realizará la grabación y el dibujo con un marcador suave.
A continuación, utilizamos un buril, una herramienta de corte con una punta afilada que realiza incisiones en la superficie del metal, aplicando una presión uniforme y constante a lo largo de las líneas marcadas realizamos las incisiones y verificamos periódicamente la profundidad y la calidad de la grabación con el fin de obtener líneas limpias y uniformes.
Finalmente llegamos a la etapa de finalización del anillo, utilizamos herramientas de pulido con superficie abrasiva fina para eliminar cualquier imperfección, arañazo o marca y otorgar un brillo uniforme y atractivo a nuestra joya.
La Orfebrería es tu joyería en Murcia con diseño y fabricación artesanal de joyas.
